viernes, 3 de junio de 2016

APRENDER A DECIR NO

Una de las peores cosas sobre las drogas es que pueden afectar a los jóvenes, cuyo cerebro, aún en periodo de maduración, es más vulnerable durante esta etapa. Así mismo, los jóvenes, precisamente porque los son, ya tienen bastantes dificultades en esta fase de la vida.
Cuando se pasa de la niñez a la juventud, periodo que se denomina “adolescencia”, se tropieza con cambios físicos y emocionales. Es un período de ensayos y de dudas, de búsqueda de independencia, a la vez que se necesita mantener los vínculos de dependencia con los padres que aportan seguridad, por ello se trata de una etapa complicada y llena de ambivalencias. Este es, generalmente, el momento en que la mayoría de las personas comienza a experimentar con drogas.
Unas de las características propias de la juventud es que no se suele valorar la relación entre las acciones de hoy y las consecuencias del mañana, además de tener una tendencia a sentirse indestructible e invulnerable. Estos aspectos son normales en esta etapa, pero pueden dar lugar a decisiones arriesgadas si uno no es consciente de estas peculiaridades propias de la edad.
“Libertad es poder decir “si” o “no”, lo hago o no lo hago, digan lo que me digan mis colegas, esto me conviene y lo quiero, aquello no me conviene y por tanto no lo quiero. Libertad es decidir, pero también, no lo olvides, darte cuenta de que estás decidiendo. Lo más opuesto a dejarse llevar, como podrás comprender. Y para no dejarte llevar no tienes más remedio que intentar pensar al menos dos veces lo que vas a hacer y para ello… ¿no sería aconsejable que procuraras informarte lo suficiente para decidir por tí mismo?”.
Fernando Savater, (1999).